1/30/2008

Had a bad day........


I have to admit it, I have hit the keyboard in a rage.

1/29/2008

Memento (1964)

Hoy como ahora Guayaquileños madera de guerrero (pelucones de antaño como diría el Sr. Presidente) reclamaban contra los abusos de los gobiernos dictatoriales.


Memento_2


Por si no lo pueden leer


"1964


En septiembre y bajo el liderazgo de Joaquín Orrantia González, en ese entonces Presidente de la AEA, se realizó una campaña de oposición a la instauración de medidas que grababan con impuestos a los contribuyentes de Guayaquil y de la provincia del Guayas.  Esta protesta contra la decisión de la Junta Militar que gobernaba al país, contó con el apoyo de las Cámaras de la Producción, diarios, emisoras radiales y público en general.  La acción fue considerada por las autoridades como un acto subversivo, por lo que ordenaron prisión para Joaquín Orrantia, John Gómez Ycaza, Carlos L. Plaza Dañín, Galo Martínez Merchán, Bolivar Ulloa Sutil, Alfonso Aguilar Ruilova y Roberto Gilbert Elizalde, entre otros.  Los detenidos fueron conducidos hasta una unidad naval que los llevaría hacia las Islas Galápagos, donde en aquella época cumplían condenas los delincuentes.  Entonces el ambiente de la ciudad se convulsionó.  La ciudadanía, con predominante presencia femenina, se volcó a las calles en señal de protesta y ejerció presión, al punto que se decretó el inmediato retorno y la puesta en libertad de los prisioneros."


A veces la realidad es más extraña que la ficción y los tiranuelos se olvidan que si bien es cierto en Guayaquil se ponen Presidentes y en Quito se los botan, tambien cuando es necesario sabemos botar Presidentes como lo hacen en la capital.   La pelea es peleando.


:-) la propina para la suegra que me mandó este pedacito de historia.

Fastos y nefastos

Por Rómulo López Sabando


Publicado originalmente en El Expreso de Guayaquil


Ayer, 28 de enero, se cumplieron 96 años del asesinato (1912) del liberal Eloy Alfaro, programado por el “progresismo”, el centralismo estatal y el mercantilismo económico.


Impuso la libertad y el Estado laico, a despecho de estatistas y totalitarios. Por reducir impuestos y suprimir privilegios de militares, clérigos y burócratas, perdió la vida en el intento. Jamás traicionó sus ideales de liberal ni incumplió promesas de campaña.


Hoy, 29 de enero se recuerdan 66 años de la mutilación del territorio del Ecuador con el Protocolo de Río de Janeiro (1942) que, para favorecer al Perú, nos impusieron, por la fuerza, Brasil, Argentina, Chile y Estados Unidos, cuando las provincias del sur (Loja y El Oro) estaban invadidas, desde hacía un año, precisamente por Perú.


Jurídicamente, el Protocolo de Río de Janeiro es nulo, de nulidad absoluta, no solo porque se impuso por la fuerza y con territorios invadidos sino que se firmó con una “realidad geográfica” distinta a la verdadera.


Se suponía, (y así lo dice el Protocolo), que existía un divortiun aquarum entre los ríos Zamora y Santiago con la Cordillera del Cóndor como límite natural.


(El divortiun aquarum es, desde las altas cumbres, una línea divisoria de aguas que limita una cuenca hidrográfica. Separa a las cuencas vecinas y es útil como límite entre dos espacios geográficos).


Pero en febrero de 1947, Estados Unidos, con su Fuerza Aérea, al medir por aire la zona, descubrió que el divortium aquarum entre los ríos Zamora y Santiago no existe, pues en su lugar aparece el río Cenepa, que corre entre los ríos Zamora y Santiago. Es decir, no hay uno sino dos divortium aquarum: uno entre los ríos Zamora y Cenepa, y otro entre los ríos Cenepa y Santiago. La Cordillera del Cóndor separa los ríos Zamora y Cenepa, más no los ríos Zamora y Santiago.


Sólo estas dos causales (fuerza y error) evidencian su total invalidez y nulidad absoluta, en cualquier tribunal de derecho del mundo.


Tumbes y el río Marañón, que desde la época de la Real Audiencia eran parte de nuestro territorio, fueron usurpados por el Perú, en sucesivas y traidoras invasiones. Son hechos nefastos en la historia del Ecuador.


En 1910 el héroe liberal Eloy Alfaro proclamó lo que, por décadas, fue la consigna sagrada de la patria: “Tumbes, Marañón o la Guerra”.


Y el jueves 24 de enero de 2008, Guayaquil entero se paralizó. El pueblo se desbordó por aceras, portales y calles transversales a la 9 de Octubre. Desde el puente 5 de Junio hasta el río Guayas la gente inundó también las plazas del Centenario, San Francisco y el malecón.


Hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, minusválidos, en bicicletas y sillas de ruedas, con muletas y cargados, pelucones, peluconas, urbanos, marginales, ricos, pobres, empleados, desempleados, ambulantes, amas de casa, empresarios, alumnos, profesores, costeños, serranos, orientales, cholos, montubios, negros, asiáticos, longos, indios, chagras, socialistas, liberales, sin distinción de creencias políticas o religiosas, todos residentes en Guayaquil, caminaron, con alegría, en una gigantesca “marea humana”, nunca antes vista en esta ciudad ni en ninguna otra del país. Vibraron de civismo y coraje.


Al son de “guayaquileño madera de guerrero”, con enérgica hidalguía, oleadas de gentes reclamaron respeto a su ciudad, a su autonomía, al municipalismo y a la libertad. Fue un plebiscito. Un mandato democrático. Su presencia y sus proclamas expresaron la voluntad popular. El 24 de enero Guayaquil votó. Guayaquil advirtió. Con puños cerrados contra el vilipendio, corearon “su” lema de “Guayaquil independiente”.

1/22/2008

La corrupción está en la ley

Por Rómulo López Sabando


Publicado originalmente en Diario Expreso de Guayaquil


Políticos, intelectuales y gobernantes repiten que somos
inmensamente ricos, en recursos naturales, pero con población
paupérrima y corrupta. Dicen que para combatir la corrupción y llegar
al nirvana del bienestar, el Estado debe robustecerse, con más dinero
para repartir como gran padre benefactor.


La
corrupción no es sólo un problema policíaco ni político. Tiene
múltiples formas y modalidades. Todos los gobiernos y medios de
comunicación realizan campañas para combatirla con programas y acciones
que la atenúan, pero no la erradican. Es un problema de hombres, dicen.
Y que hay que buscar, como Diógenes con su linterna en la mitad del
día, a los impolutos, los éticos, los buenos, pues a los malos,
corruptos y perversos (calificados así por los que autopresumen de
buenos), hay que castigarlos. Sin atinar, se dan palos de ciego, como
jugando a las ollas encantadas. La “presunción de inocencia”, (nadie es
culpable hasta que se lo demuestre) ha desaparecido frente a la
“presunción de culpabilidad” (nadie es inocente hasta que lo pruebe).


Falso que, ante la corrupción rampante, la verdad, el honor, la
bondad, la honradez no tienen cabida y que, por naturaleza, todos somos
corruptos. Por ello, dicen, no funciona la democracia.


Y nada más alejado de la verdad y de la lógica social. El punto
central es que no existe el “Estado de derecho” sino un “Estado de
legalidad”, en el que las “normas jurídicas” murieron para dar paso a
leyes y reglamentos que inventan legisladores y gobernantes,
influenciados por el positivismo, la política y la sociología más que
por el derecho, la moral y la justicia. Por ello, se dice que hecha la
ley hecha la trampa. Y ante tanto trámite, requisito, papeleo,
registro, control, extorsión y dificultades establecidas en las leyes,
la corrupción es una puerta de escape para trabajar. Millones de
ecuatorianos vegetan, se embrutecen y mueren sin desarrollar su
creatividad ni explotar el potencial de talentos con los que podrían
mejorar su vida. Pero, se robustecen los totalitarismos y enriquecen
los gobernantes.


Así, cuando algo es engorroso, oneroso y antieconómico, “la nota” es
que hay que hacerlo “por la izquierda”. Esto es, caer en, la extorsión,
el chantaje, el abuso, la coima ante la inminencia de perder no sólo el
dinero trabajado honestamente sino fracasar en el empeño de producir y
vivir honradamente. Las condenas seudo- éticas son retórica que
estimulan el cinismo, la desvergüenza y el pillaje. Esa forma de
legislar y de imponer la ley altera la vida social. Las personas
comprometen su integridad, pues se afecta a sus costos y se pervierten
sus beneficios. Se evaden las buenas costumbres y la moral. Se alteran
los medios y recursos necesarios para comprar y vender. El tiempo y la
información sufren mella y son parte del costo de las oportunidades
perdidas.


Cuando la Ley impone arbitrios de alto costo y exige demasiados
requisitos, la gente incumple y la evade. La desobediencia adquiere
niveles permanentes. El desacato se convierte en norma y la
informalidad se robustece. Los monopolios del Estado (ineficientes) son
fuente de corrupción. Energía, luz, teléfonos, seguridad social,
combustibles, aduanas. La competencia desleal de los bonos del Estado
destruyó las cédulas hipotecarias. El congelamiento de los alquileres
urbanos hizo de las invasiones el negocio sucio del desarrollo urbano.
Así nacen los barrios miseria, creados por la demagogia y reformas
agrarias que arrasan el área rural. El alto “costo de la legalidad” y
la “ley positiva”, que atropellan al Derecho y marginan a la justicia,
son la causa de la corrupción.

1/15/2008

Desnutrición Intelectual

Por Rómulo López Sabando


Publicado originalmente en El Expreso de Guayaquil


Es posible lograr desarrollo económico mejorando la “calidad” de la educación por sobre la “cantidad” de los años de estudios, dice el Banco Mundial.

Por esto, el desafío de América Latina es el “nivel de aprendizaje” de los estudiantes. Por alcanzar la “matrícula universal” para la educación primaria, se descuida el “nivel de aprendizaje”. En las competencias estudiantiles tienen los puntajes más bajos. Sus niveles de “competencia”, en todas las materias, están debajo del mínimo. El “examen de ingreso” es la herramienta más idónea para lograr calidad en la educación. La construcción de escuelas, a veces, descuida la calidad de enseñanza.

La “calidad” de la educación influye más en el crecimiento social y económico que la “cantidad” de años estudiados. Es la responsable de perpetuar las desigualdades en los ingresos. En economía y negocios no aprendemos a “competir”. Se nos induce a depender de favores y decisiones de tecnoburócratas, teóricos, quizás con buenas intenciones pero ignorantes de la dinamia e incertidumbres de los mercados eficientes y productivos.

“América Latina tiene niveles de desigualdad en educación junto con elevados niveles de desigualdad de ingresos”, dijo Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial. “Si bien han ampliado la educación a mayoría de niños y brindan oportunidades de aprendizaje, persisten las desigualdades en los ingresos, el subdesarrollo y la pobreza”.

Por ello, se asegura que, para garantizar la calidad de la educación, lograr mayores ingresos a nivel personal y superiores tasas de crecimiento económico se requiere un entorno económico y laboral “competitivo” (de competencia) que logre mayor producción (productivo).

Es dramático observar, en el trato diario con “profesionales”, no solo imprecisiones culturales sino ignorancia en Matemáticas, Lenguaje, Ciencias, Urbanidad, Moral y Cívica así como Derecho Territorial, (soporte del patrimonio de la patria), olvidados a nivel de primaria y secundaria. Incluso en lectura, caligrafía, ortografía, dicción y cálculo revelan pobreza intelectual y práctica. El “título”, cualquiera que fuese su origen, es la llave del empleo y del “estatus”. No estudian y hasta los compran a avezados y delictuosos “empresaurios”, usurpadores de universidades y autores de falsas ofertas de educación superior. La “economía del conocimiento” nos obliga a superar la mala calidad educativa.

China, India y Europa del Este están saliendo del marasmo (desnutrición) intelectual y ético, causados por el pasado estatista, la imposición ideológica y la superficialidad académica.

Impulsan “calidad” en la educación para producir bienes sofisticados con énfasis en tecnología, historia e investigación científica, directa a la competencia mundial. Sus productos arrasan mercados por sus precios bajos, asombrosas innovaciones y estimulante utilidad social. Satisfacen las demandas populares. Crean empleo más que Ecuador, ancestral productor de materias primas, productos primarios, “comodities” o bienes con poco valor agregado.

La “sustitución de importaciones” y las teorías de “economía mixta” de la Cepal nos legaron una industria famélica, dependiente, hambrienta, esquelética. Una agricultura esmirriada, escuálida, flaca y un comercio saturado de trabas que, para subsistir, lo direccionan a la informalidad (contrabando), frente a un Estado obeso, lerdo y ladrón, que se espera lo cambie la Asamblea. El estatismo, protector del mercantilismo, impide la competencia libre, con subsidios, privilegios e “incentivos” estatales corruptos que contradicen la eficiencia, la productividad y la competitividad.

1/08/2008

Cómo bajar los precios

Por Rómulo López Sabando


Publicado originalmente en El Expreso de Guayaquil


Los precios de productos y servicios suben por: 1) alza de los costos, 2) disminución de la oferta, 3) aumento de la demanda, 4) especulación y, principalmente, por 5) los mercados cautivos.

Los “costos” suben por ineficiencias propias y por ineficiencias agregadas. “Propias” son las de los productores y las “agregadas” son de los proveedores de insumos y del Estado. Para las primeras, la solución es interna. Las “agregadas” dependen del Estado, que “otorga” y asume los monopolios de los insumos. Todo monopolio es ineficiente, sea privado, mixto o estatal.

La “oferta” disminuye por los “mercados cautivos”, al igual que la incertidumbre, ausencia de confianza para el ahorro e inversión, lo que genera más aumentos de precios.

La “demanda” aumenta 1) cuando el poder adquisitivo del ingreso mejora por aumento real (no nominal) de los ingresos (sueldos, salarios, etc.). Y, 2) cuando el circulante monetario aumenta, por la “inflación” del gasto público.

La inflación acelera la demanda y el consumismo. Nuevos aumentos de precios, que destruyen el “poder de compra” del ingreso. Cada día se compra menos con más dinero. Es decir, devalúa el dólar. Esto se conoce como “carestía” que, a su vez, disminuye la oferta causando “escasez”.

Los mercados cautivos activan la especulación dando lugar a nuevas y sucesivas alzas de precios. Más carestía, más escasez. Los “controles de precios” generan el “mercado negro”.

Si queremos que los precios bajen, 1) hay que aumentar la oferta. Es decir, incentivar la producción. 2) Para lograr esto, hay que “reducir” los impuestos. 3) Abrir las puertas a la inversión (de riesgo). 4) Someter los monopolios a la competencia y eliminar los “mercados cautivos” (incompetencia), con reducción de tributos. No es verdad que la empresa nacional sufre. Al contrario, se dinamiza y crece ante el desafío de la competencia, que beneficia al consumidor.

Todas las “estructuras de costos y precios” están sometidas a los intereses de los monopolios. Los estatales, que son ineficientes, onerosos y corruptos (energía, luz eléctrica, teléfonos, combustibles (gasolina, gas, diésel, búnker), seguridad social, transporte aéreo, etc., elevan los costos. Privatizarlos es peor. Hay que ponerlos a competir, sin ventajas.

La “protección” del Estado a los monopolios, (públicos, privados o mixtos) genera “lucro indebido” en perjuicio de los consumidores. Imponen mercados cautivos, evaden la “competencia” y elevan “sus” precios.

Por ello, para impedir que suban los precios, hay que abrir los mercados a la competencia y no caer en la trampa de “protección” y seudo- pactos con monopolios (públicos o privados) que alteran los precios a su favor, sin criterio económico y con daño social irreversible.

En el presupuesto del año 2000, el gasto público era de 1.950 millones de dólares. Meses después,  entre el Congreso y el Gobierno “debatían”  para aprobar el gasto de 2001,  que llegó a 4.950 millones de dólares. La controversia entre ministros era perversa y pueril. “¿Hay o no hay déficit?”.

En el 2002 superó los seis mil millones de dólares. Ahora estamos arriba de los once mil millones. ¿De dónde sale tan escalofriante cantidad de dólares, si ya el Gobierno no puede emitir dinero? Pues de nuevas deudas externas, nuevas deudas internas (emisión de bonos), más impuestos y el petróleo.

Para que bajen los precios y crear empleo, hay que aumentar la oferta, incentivar la producción, reducir los impuestos, abrir las puertas a la inversión “de riesgo”. En síntesis, someter los monopolios a la competencia y eliminar los mercados cautivos.

Mas sobre los Antiautonomistas

Siguiendo la temática de Jaime Izurieta en el artículo anterior, recomiendo leer el artículo de Jorge Vivanco que reproduzco abajo.  Esto no lo digo, yo si no alguien reconocídamente socialdemócrata.  Traspasando el debate ideológico hay que darse cuenta que más allá de la visión del mundo que tenga el Presidente Correa, las autonomías "al andar" como dice el alcalde Nebot han funcionado muchísimo mejor que en el esquema en que habían funcionado los municipios antiguamente y al cual el Presidente Correa quiere regresar, centralismo y a fomentar el clientelísmo político a través de la eliminación de las contribuciones voluntarias al ISR. 


Que mejor signo de democracia que permitirle al ciudadano a través de la declaración del ISR que decida como quiere que se usen sus pagos de impuestos.  Realmente causan alarma comentarios como el don Carlos Marx Carrasco reproducido en la última revista Vistazo del 4 de enero, que entre otra cosas dice que los impuestos son del gobierno y no de los ciudadanos por eso se justifica que el gobierno decida que hacer con ellos.  Tremenda barbaridad y supina ignorancia lo que dice, los impuestos son de los ciudadanos, "impuestos" a la fuerza para cubrir los gastos del gobierno.  Por respeto lo mínimo que se podría hacer es que el ciudadano decida como se lo había venido haciendo hasta ahora no con el 25% sino con el 100% que quiere que se haga con sus impuestos.  Eso es verdadera democracia, el resto es cuento.   


Lean por favor el artículo de Vivanco que vale la pena ver que oscuros motivos hacen que los alzamanos entontecidos por el poder aprueben una ley confiscatoria que tiene como único fin destruir cualquier vestigio de independencia política para darle al ciudadano Presidente don Rafael I el poder absoluto cual si fuere rey absolutista.  El absolutismo se acabo en Ecuador con la revolución de las alcabalas, con el Boston Tea Party y otros.  No nos dejemos engatuzar.



1/03/2008

Correa, Nebot the va a sacar la ...

No que quería al pueblo?  Por que no deja Correa pasar al pueblo?  A que le tenía miedo?  Ver los videos que valen más que mil palabras.









1/01/2008

Nosotros, el pueblo…

Por Rómulo López Sabando


Publicado originalmente en El Expreso de Guayaquil


La “Carta Magna” (1215), la “Revolución de las alcabalas” -2% sobre las ventas- (1592), la Declaración de independencia (1776) y la creación de Estados Unidos, (1787), la Revolución Francesa, (1789); la “Guerra de Quito contra los estancos” , monopolios estatales de alcohol y tabaco, (1765), el Primer grito de Independencia (10 de Agosto), el 9 de Octubre (1820), que impulsó la libertad de América Latina, fueron guerras contra los impuestos.

La Escuela de Salamanca, (1613), que precisó el derecho de propiedad, la Constitución de Estados Unidos, (1787), la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y su Art. 16: Sin división del Poder no hay Constitución (1789), y los 85 escritos de (1789) Alexander Hamilton, James Madison y John Jay, bajo el seudónimo común de Publio, en “El Federalista”, (clásico del Derecho Constitucional y de la Ciencia Política), limitan y dividen el Poder del Estado, en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, mediante el sistema de pesos y contrapesos e instauran “el debido proceso” y el “principio de control constitucional por parte de los jueces”. Hoy se conocen como “Derechos humanos”. (1948). No tiene derecho el Estado, grupo o persona, para suprimir derechos y libertades. (Art. 30, Asamblea General de NN.UU.).

“Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres son creados iguales; dotados por su Creador de derechos inalienables: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Que, para garantizar estos derechos, se instituyen los gobiernos, que derivan sus poderes del consentimiento de los gobernados. Que cuando una forma de gobierno destruya estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que, a su juicio, ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.”

“Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber establecer nuevos resguardos para su futura seguridad. La historia del rey de Gran Bretaña es de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos hacia la tiranía absoluta”.

“Nosotros, el pueblo de Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer justicia, asegurar la tranquilidad interior, proveer para la defensa común, promover el bienestar general y asegurar para nosotros y nuestra posteridad los beneficios de la libertad, establecemos y sancionamos esta Constitución para los EE.UU.”. Es la más antigua y estable.

Su “Declaración de Derechos”, Bill of Rights, eficiente para lograr el bienestar económico y social, e imitada por todos los sistemas democráticos y constitucionales del planeta atrae, cual poderoso imán, a emigrantes de todo el mundo.

“La finalidad perseguida por las leyes no se cifra en abolir o limitar la libertad, sino en preservarla y aumentarla. ¿Qué hombre sería libre si el capricho de cada semejante pudiera gobernarlo? La libertad consiste en disponer y ordenar, al antojo de uno, su persona, sus acciones, su patrimonio y cuanto le pertenece, dentro de los límites de las leyes y no en estar sujeto a la voluntad arbitraria de otro, sino libre para seguir la propia”, dijo John Locke (1632-1704)

“Marx y Engel, en el “Manifiesto Comunista”, (1848) plantean fuerte impuesto progresivo a los ingresos. Y, a la renta, progresivo o gradual. Y la abolición de los derechos de herencia, para arrebatar, gradualmente, todo el capital a la burguesía y sustituir el Estado de derecho por el socialismo”.