Una foto vale más que mil palabras, para los que aún siguen en la nube rosada con respecto a las intenciones de este gobierno:
Escaneada por Cortesía de Miguel Torres, originalmente publicada en el diario el Comercio.
Una foto vale más que mil palabras, para los que aún siguen en la nube rosada con respecto a las intenciones de este gobierno:
Escaneada por Cortesía de Miguel Torres, originalmente publicada en el diario el Comercio.
El diario el Federalista administrado por Danny Ayala acaba de hacer la traducción del artículo de Mary O'Grady (puede que pida registrarse para ver versión en inglés) del día lunes 22 de enero. Dada su importancia lo reproducimos aquí.
http://el-federalista.blogspot.com/2007/01/haciendo-que-lenin-se-sienta-orgulloso.html
Haciendo que Lenin se Sienta Orgulloso
Por MARY ANASTASIA O'GRADY
Enero 22, 2007; Página A14, Wall Street Journal
"La manera de doblegar a las burguesías es molerlas entre los hitos de cargas impositivas e inflación".
-- Vladimir Lenin
El historiador y autor mexicano Enrique Krauze ha escrito que cree que el "último marxista en la historia murió [morirá] en una universidad latinoamericana". Como mínimo, el señor Krauze parece haber acertado en la geografía.
Gran parte del resto del mundo ha colocado al comunismo en el basurero de la historia, pero, como nos recuerdan los eventos de la semana pasada, América Latina no lo ha hecho. A principios de este mes, el Presidente Hugo Chávez tomó oficialmente control del banco central de Venezuela y declaró ser comunista. Después, viajó a Ecuador para asistir a la ceremonia inaugural de su más reciente y tal vez más prometedor protegido, Rafael Correa, como el nuevo presidente del país. El señor Correa se ha apresurado en emular a su mentor.
El señor Correa, quien fue ministro de finanzas de Ecuador en 2005, era ampliamente conocido en los primeros pasos de la campaña presidencial el año pasado como un extremista anti-estadounidense, anti-mercados quien creía que "la dolarización era el error económico más grande [que Ecuador] había cometido". Pero cuando no pudo ganar en la primera vuelta en octubre, fue forzado a adoptar un tono más mesurado, y retrocedió en su promesa de acabar con la dolarización.
El problema para los ecuatorianos, como lo estamos viendo ahora, es que los colores del nuevo presidente no han cambiado. En su primera semana en el puesto, ya ha demostrado un profundo entendimiento del dictamen de Lenin de que el poder sobre asuntos monetarios es un esencial revolucionario. Con ese fin ha empezado un esfuerzo por destruir la dolarización en Ecuador. Para ello, la carga impositiva e inflación harán la mayor parte del trabajo por él.
En su inauguración el lunes pasado el señor Correa montó un gran espectáculo. Lo más extraordinario fue su nada sutil admisión de que el señor Chávez será el poder detrás del trono ecuatoriano. La mayoría de gobiernos latinoamericanos preservan su independencia como un asunto de orgullo nacional. Pero el señor Correa parecía bastante contento de dejar saber al mundo que él tercerizará la soberanía ecuatoriana a Venezuela.
Ecuador, declara el nuevo presidente, está "dejando atrás la noche neoliberal" y el nuevo gobierno "bolivariano" aplicará "el socialismo del siglo 21". Censuró la competencia y llamó en su lugar a la cooperación. Sostuvo en alto una espada que el señor Chávez le había obsequiado y gritó, "Alerta, Alerta, la espada de Bolívar está pasando a través de América Latina", una referencia a la agenda de Chávez, que pide una integración Sudamericana dominada por el mayor productor de energía. El presidente venezolano estaba encaramado atrás del nuevo presidente, con los ojos entrecerrados, aplaudiendo con entusiasmo la función. El iraní Mahmoud Ahmadinejad fue también un huésped de honor, sentado junto al presidente boliviano Evo Morales.
La inestabilidad política de Ecuador es legendaria, y el señor Correa es el octavo presidente en 10 años. Tendrá que moverse rápidamente hacia su meta de consolidar poder, y para evitar el destino de sus predecesores, también tendrá que hacerlo con cuidado.
Reescribir la constitución es tan importante en su agenda que el día de su inauguración decretó una consulta popular para el 18 de marzo sobre el asunto. El único problema es que el señor Correa no tiene el poder para llamar a un referéndum constitucional. Los cambios a la constitución recaen en el congreso. Ya que el partido del señor Correa no tiene miembros en la cámara de 100 asientos, y su coalición es débil, no está del todo claro que pueda empujar los cambios constitucionales que busca. Su revolución socialista a través de un golpe constitucional podría ser demorada.
Pero eso no deja al autoritario aspirante sin opciones. Tiene las enseñanzas de Lenin como apoyo, si solamente pudiera resucitar una moneda local. Esto explica el asalto a la dolarización que se está llevando a cabo ahora.
La adopción del dólar como la moneda de Ecuador hace siete años ha sido extremadamente popular entre los ecuatorianos de todas las clases. Una larga historia de repetidos ataques de hiperinflación, que destruyeron tanto salarios como ahorros, finalmente ha terminado, y ha sido reemplazada por un nuevo sentido de estabilidad. El señor Correa sabe perfectamente que no puede arrebatar a los ecuatorianos este avance económico sin enfrentar la clase de rebelión que tumbó a gobiernos anteriores. Pero el control que anhela no será suyo mientras reine el dólar.
Para reversar la dolarización e introducir una monada discrecional, el señor Correa tendrá que minar la economía dolarizada. Un paso en ese proceso es suprimir el comercio con los Estados Unidos, el mayor socio comercial de su país. Ya ha garantizado que bajo su dirección Ecuador se alejara de la liberalización comercial con los gringos y se arrojará en los brazos del bloque comercial del señor Chávez, la Alternativa Bolivariana de las Américas.
El proteccionismo ayudará a debilitar la economía dolarizada, pero podría no ser suficiente para provocar una crisis. Una reestructuración forzada de los $10.3 billones de deuda externa proporcionará mayor asistencia, al deteriorar la credibilidad del país y desmotivar nuevas inversiones, particularmente porque es bien sabido que el servicio de la deuda de Ecuador como porcentaje de su producto interno bruto es más bajo que el de Colombia o Brasil. Los acreedores entienden que pagar lo que se debe es un asunto de buena disposición. Sin embargo, el ministro de finanzas del señor Correa, Ricardo Patiño, propuso la semana pasada un recorte de 60% en la deuda del país, e invitó a un equipo de funcionarios argentinos –mejor conocidos como los evasores más experimentados del mundo – a Quito esta semana para asesorarlo.
Se dirá que los "ahorros" en el servicio de deuda serán utilizados para ayudar a los pobres. Esto aumentará la atracción populista del señor Correa pero los políticos nunca tienen suficientes ingresos para alcanzar sus mentas. Bajas tasas de crecimiento y decepcionantes precios del petróleo empeorarán la limitación de ingresos. En una crisis fiscal es muy fácil imaginar un gobierno como el del señor Correa emitiendo papeles o una nueva moneda paralela al dólar.
El Nuevo presidente parece estar preparado justamente para un resultado como este. En el pasado ha hablado de una moneda regional y ha anunciado ahora que terminará con la autonomía del Banco Central. Una vez que la inversión extranjera y el comercio se terminen y la fosa interminable de la corrupción y gasto social sequen los cofres públicos, la dolarización será el chivo expiatorio. El señor Correa puede entonces empezar a imprimir sus propios papeles y hacer que Lenin se sienta orgulloso.
A continuación reproduzco un editorial de mi padre con relevancia para este blog publicado originalmente en el diario Expreso de Guayaquil el día de hoy.
Cuando yo era niño, iba con mi familia a vacacionar a Posorja, el balneario único de Guayaquil. Después los preferidos de las familias guayaquileñas fueron Playas y Salinas.
Posorja estuvo abandonada por décadas y, en los últimos tiempos, parecía un pueblo fantasma. Con la isla Puná forma el canal del Morro, de entrada al puerto de Guayaquil. Hace pocas semanas, el alcalde Jaime Nebot anunció un estupendo plan de rehabilitación e inversión a desarrollarse en la vieja parroquia guayaquileña. El 27 de diciembre comenzó el más importante desarrollo en la historia marítima del Ecuador.
"Aquí no hay dinero del Estado, aquí no hay terrenos del Estado, aquí no hay inversiones del Estado, aquí no hay riesgo del Estado. Aquí hay dinero privado, riesgo privado, terrenos privados, confianza en Ecuador, confianza en Guayaquil", dijo y detalló obras de regeneración urbana que, paralelamente, realizará en la parroquia como un muelle en el malecón y el parque turístico en el centro, que pronto se inaugurará.
La terminal se construye mediante concesión. Sin un centavo de inversión, endeudamiento o garantía financiera de parte del Estado, las españolas Alinport y Albacora promueven e invierten $ 450 millones en la construcción del primer puerto de aguas profundas de alcance intercontinental, en la provincia del Guayas.
Ignacio Lachaga, principal de Alinport, anticipó que junto a la Terminal de aguas profundas, se levantarán instalaciones industriales, una subestación eléctrica, que generará 25 megavatios, un regulador de agua potable, redes de aguas servidas, sistemas de escáner y de verificación de contenedores, salas de conferencias y otros. El espacio que ocuparán las obras es de 150 hectáreas en plena desembocadura del río Guayas.
Inicialmente operará con una línea de atraque superior a 1.500 metros y superficie para contenedores de 700.000 metros cuadrados. Un muelle de 595.000 metros, más 262.000 metros para el patio de contenedores,
Proveerá servicios baratos y competitivos. Generará empleo y recibirá buques que transportan hasta 7.000 contenedores.
Como el presidente Palacio firmó un decreto que estimula la inversión privada, el Estado mantendrá vigilancia y control sobre el desarrollo económico, la seguridad nacional y la recaudación de impuestos. Y el prefecto provincial Nicolás Lapentti anunció la ampliación de las vías Progreso-Playas y Playas-Posorja, la construcción de un distribuidor de tráfico y mejoras para la Ruta del Sol con crédito de $ 63 millones de la CAF.
Siempre me intrigó el nombre de Posorja. Y su significado encontré en el "Diccionario mitológico popular de la comunidad mestiza ecuatoriana" de Manuel Espinosa Apolo.
Posorja fue una célebre pitonisa (adivina, hechicera) Huancavilca. Su leyenda fue muy popular en la Colonia. Se cuenta que una infantil criatura apareció de pronto frente a las costas de la península de Santa Elena, en el sitio en que está la población del mismo nombre. Llegó sola en una pequeña nave de madera más liviana que la balsa.
La niña, de rasgos blancos, estaba envuelta en finas mantas de algodón con estampados y raros jeroglíficos. Llevaba colgante en su pecho un caracol pequeño finamente labrado.
Fue adoptada por los Huancavilcas y creció hasta hacerse mujer. Fue entonces que empezó a vaticinar los sucesos más trágicos del pueblo que la adoptó, cobrando fama de gran visionaria en toda la región. Huayna Capac y después Atahualpa, llegaron hasta su aldea en la península de Santa Elena y les predijo los trágicos desenlaces de sus reinados. Huayna Capac creyó a Posorja una enviada del dios Pachacamac y le pidió que le vaticinara su porvenir, viendo en los ojos de la pitonisa su muerte en Tomebamba y la guerra fratricida entre Atahualpa y Huáscar.
Atahualpa le pidió que revelase su futuro. Pronosticó su triunfo sobre Huáscar y el breve tiempo que duraría su victoria. Pronosticó que llegarían unos hombres blancos y barbados que lo matarían al inca luego de tomarlo prisionero en Cajamarca. Cuando Posorja terminó su revelación declaró que su misión en la tierra había terminado, puesto que aquella había sido su última visión. De inmediato se dirigió al mar, sopló su caracol y una ola se la llevó.